Las salas Snoezelen se perfilan como una herramienta terapéutica beneficiosa en la rehabilitación de personas con daño cerebral adquirido. A través de estímulos visuales, táctiles, auditivos y olfativos, estos entornos favorecen la conexión sensorial, la activación neurológica y la recuperación funcional. La intervención en estos espacios diseñados para la estimulación multisensorial controlada -guiada por profesionales especializados, como terapeutas ocupacionales o fisioterapeutas- potencia tanto las capacidades motoras como cognitivas del paciente, y se consolida como una terapia innovadora y humana para la rehabilitación integral.
Escrito por: Esther Romaguera Bosch, terapeuta ocupacional del Servicio de Rehabilitación Física de la Fundación Hospitalarias Martorell.
El origen de la palabra Snoezelen proviene de dos palabras neerlandesas: snuffelen, que significa adormecer, y doezelen, que significa impregnar/oler. La estimulación multisensorial o Snoezelen surgió en los años setenta en los Países Bajos de la mano de Jan Hulsegge y Ad Verhul, y desde entonces se ha aplicado a distintos colectivos. Esta herramienta se rige por unos principios teóricos: la integración sensorial de Jan Ayres (EE.UU., años sesenta) y la basal stimulation de Andreas Fröhlich (Alemania, años setenta).
En sus inicios, se empezó a utilizar con personas que presentaban discapacidad intelectual, ofreciendo entornos tranquilos con estímulos básicos que permitían interactuar con el entorno y con uno mismo. Progresivamente, esta intervención se ha extendido a otros ámbitos como el desarrollo infantil, las personas con trastorno del espectro autista, el campo de la geriatría, la salud mental y, en la actualidad, el daño cerebral adquirido.
Las salas sensoriales, o Snoezelen, son espacios adaptados para ofrecer estímulos sensoriales a personas que, por diversas causas, presentan dificultades en la percepción o interpretación de estos estímulos.
En estos espacios, los estímulos son controlados por los profesionales; de esta forma, se puede intensificar o disminuir su intensidad. También puede ser la propia persona usuaria quien los controle, realizando una acción activa, o bien el profesional, si la situación del paciente lo requiere (en etapas de mayor desconexión o dependencia). El uso de los diferentes dispositivos empleados tiene una justificación centrada en el desarrollo neurológico y siguen plenamente vigentes después de muchos años (material vibratorio, fibras ópticas de luz LED, espejos que multiplican el espacio, sillones reclinables o camas de agua…).
Estos espacios son seguros y permiten estimular a la persona de forma poco invasiva, ofreciendo tiempo de respuesta ante estímulos visuales, olfativos o táctiles, entre otros.
Se trabajan los cinco sentidos básicos, la propiocepción y el componente vestibular.
En las etapas agudas de la patología, cuando el paciente presenta poca conexión con el entorno, estas salas se convierten en herramientas favorables para estimular los sentidos: olores (con fragancias penetrantes para estimular el olfato), elementos con texturas y temperaturas diferentes para favorecer el estímulo táctil, fibras ópticas con luces de color. Estos estímulos son básicos para reconectar el cerebro.
El perfil de paciente con daño cerebral adquirido es el último en el que se ha integrado este tipo de intervención, siendo importante implementarla como medida terapéutica. La riqueza de esta intervención radica en que no requiere ninguna condición previa, y sólo se excluyen las personas que presentan agitación, inquietud o inestabilidad en su estado de salud vital.
Especialmente cuando se trabaja con personas afectadas de daño cerebral, los profesionales de la rehabilitación tienen como objetivo principal la mejora motora: conseguir la máxima capacidad funcional y la mayor autonomía posible en la realización de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), o, en su defecto, facilitar al máximo la labor del personal cuidador.


El trabajo en estas salas permite mejorar en el paciente el control del tronco, la sedestación y, si es posible, la bipedestación. El agarre de las fibras luminosas o el contacto con la columna de agua permiten entrenar la mano del paciente, trabajando la fuerza, la destreza o compensando alteraciones sensitivas. Coger, sostener y mantener objetos es clave para iniciar el proceso rehabilitador. Conseguir que el usuario pueda abarcar espontáneamente una fibra óptica o que el terapeuta le ofrezca para conseguir el agarre palmar es esencial en la fase inicial.
Es importante mantener un espacio con estímulos, pero éstos deben ser controlados, sin sobreestimular, y deben ofrecerse de forma progresiva, observando las respuestas del paciente.
Un profesional entrenado, como un/a fisioterapeuta o un/a terapeuta ocupacional, es clave para desarrollar esta intervención.
A través de estas intervenciones se busca que la persona responda activamente a los estímulos percibidos: puede ser abrir los ojos, seguir un objeto que se le avecina o intentar cogerlo con la mano (acción que requiere coordinación óculo-manual), o bien cambiar el tono postural ante un sonido o una vibración.
Estas dinámicas también se pueden llevar a cabo en la habitación del paciente, si éste debe estar encamado o presenta un estado de fragilidad elevada, mediante el carro sensorial, en lugar de trabajar dentro de la sala sensorial propiamente dicha.
Este elemento es clave para acceder de forma rápida e inmediata. El carro incorpora varios elementos visuales (proyector de imágenes, fibras ópticas, material de soporte, luz negra…), equipo de música y otros dispositivos. Puede utilizarse con música suave o sonidos ambientales, como sonidos de la naturaleza, o bien con elementos vibradores, como la columna de burbujas para estimular la palma de la mano. Sería como una mini representación de una sala sensorial. Sólo hace falta un enchufe, y el dispositivo ya está operativo.
El uso de estos dispositivos permite trabajar no sólo el área motora, sino también las áreas cognitivas. La intervención en la sala Snoezelen es individual y los beneficios que puede aportar son muy significativos.


Qué hacemos
Ciudadanía
Profesionales
Solidaridad
Comunicación