Catalunya central afronta el aumento de detección de personas con ideas suicidas con un trabajo coordinado. “La prevención del suicidio es uno de los retos más complejos que afrontamos como sociedad. No hay una única respuesta, ni un único ámbito que tenga la responsabilidad. Nos interpela a todos y nos pide escucha, coordinación, conocimiento compartido y, sobre todo, compromiso.”, aseguró la Dra. Montse Guitart.
La detección de personas con ideas suicidas en la Catalunya Central se ha multiplicado por tres en tres años, según los datos de la Comisión Territorial del Suicidio. Las consultas registradas han pasado de 45 en 2022 a 142 en 2023, y se han mantenido en niveles elevados en 2024 (119 casos). Durante los ocho primeros meses de 2025, ya se han registrado 84 nuevas situaciones, lo que evidencia una mejora en la detección y coordinación entre servicios, pero también la persistencia de una problemática de salud pública de primer orden.
Pese a este incremento en la detección, los datos también muestran que, en el último año, 62 personas han muerto por suicidio en la Catalunya Central, y que el 50% no tenía ningún antecedente psiquiátrico. Este dato subraya la necesidad de implicar a toda la sociedad en la prevención, más allá del ámbito sanitario.
Precisamente, con la voluntad de trabajar la prevención del suicidio con una mirada comunitaria, el pasado viernes 14 de noviembre se celebraron las IV Jornadas interdisciplinarias de prevención del suicidio en el pabellón Suencia, de la que fuimos anfitriones. Estas jornadas que se realizan cada dos años cuentan con la participación de profesionales de salud mental, atención primaria, emergencias médicas, educación, servicios sociales, cuerpos de seguridad y justicia. El objetivo es avanzar en la prevención y abordaje del suicidio como problema de salud pública, desde una mirada colectiva y transversal.

En la apertura de la jornada, el gerente de la Región Sanitaria Catalunya Central, Toni Sánchez, remarcó la necesidad de romper el silencio, los mitos y los tabúes que todavía giran en torno al suicidio. “Sólo si somos capaces de hablar abiertamente de ellos podremos avanzar en la prevención y en el acompañamiento de las personas que sufren. Detrás de cada dato hay historias de vida, familias y comunidades que viven un dolor inmenso, y es nuestra responsabilidad colectiva mirarlo de cara y actuar”, aseguró.
Sánchez puso también en valor el trabajo colectivo nacido de ediciones anteriores de las jornadas, como el proyecto pionero Salud mental y medios de comunicación, impulsado por el equipo de comunicación de la Región Sanitaria Catalunya Central y la demarcación del Colegio de Periodistas de Catalunya. Este taller sirvió para reflexionar sobre el tratamiento informativo de la salud mental y el suicidio, con la participación de periodistas, profesionales sanitarios, comunicadores institucionales, entidades y familias, generando buenas prácticas para reducir el estigma y promover una comunicación más humana.
Montse Guitart, coordinadora de los servicios de atención comunitaria de Fundación Hospitalarias de Martorell remarcó que la prevención del suicidio necesita la implicación de toda la red de servicios y de la sociedad. “Desde el territorio del Berguedà y desde FH Martorell, sabemos lo importante que es hacer red. Sabemos que la detección precoz y el acompañamiento respetuoso no dependen sólo de la competencia profesional, sino también de la capacidad de trabajar conjuntamente, de generar confianza y de tejer vínculos entre servicios, instituciones y comunidad”, aseguró.
Durante la jornada se insistió en los factores que inciden en conductas de riesgo de suicidio como son los trastornos mentales, el uso nocivo de sustancias o la desesperanza. Y se expusieron señales de alarma tanto en la conducta de las personas, las expresiones verbales que utilizan o su estado de ánimo. Indicadores que pueden permitir identificar a personas con una situación compleja y realizar acciones para prevenir ideaciones de suicidio.
La jornada también contó con ponencias sobre malestar juvenil, prevención en la vejez, mirada de género y relación entre suicidio y consumo de substancias. La Dra. Tania Bravo, del CSMA Berga, ofreció la ponencia Suicidio y sustancias: un vínculo de riesgo, una oportunidad de abordaje.
Los debates pusieron énfasis en la importancia de reforzar la coordinación territorial y mejorar la sensibilización comunitaria para detectar situaciones de riesgo antes de que se conviertan en urgencias.

Finalmente, en la ponencia sobre cómo cuidar a los profesionales que justamente tratan directamente con situaciones de riesgo de suicidio se incidió en la necesidad de que los profesionales dispongan de espacios de autocuidado, de apoyo emocional en caso de que sea necesario y de recuperación. Es esencial mantener el bienestar físico, emocional y psicológico frente al estrés y el desgaste profesional.

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