Este más de septiembre se ha celebrado el 25 aniversario de la puesta en marcha del PADES (Programa de Atención Domiciliaria y Equipos de Apoyo) en el Baix Llobregat Nord, un recurso clave en la atención paliativa comunitaria. Para conmemorar esta efeméride, iniciamos un ciclo de entrevistas con profesionales que han sido protagonistas desde sus inicios ya lo largo de estas dos décadas y media. Abrimos el ciclo hablando con el dr. Santi Bernades, actual subdirector médico de la Fundación Hospitalarias Marotrell e impulsor del servicio, que recuerda el origen, motivaciones y retos de aquellos primeros años.
¿Cómo nació la idea de poner en marcha el PADES en el Baix Llobregat?
En el año 2000 el Baix Llobregat Nord no disponía de un equipo especializado que prestara atención domiciliaria a los pacientes paliativos, a diferencia de los territorios vecinos. Fue entonces cuando el Hospital Sagrat Cor de Martorell y el CatSalut vieron la necesidad de poner en marcha este servicio.
¿Qué necesidades se detectaron en ese momento que hicieron evidente la creación de este recurso?
Principalmente, la necesidad de atender a los pacientes paliativos en su entorno natural -el domicilio-, garantizando su bienestar y evitando traslados a urgencias o ingresos hospitalarios innecesarios.
¿Cuáles fueron los principales retos a la hora de empezar?
El primer reto fue crear un equipo de profesionales con sensibilidad y compromiso para garantizar una atención de excelencia. También había que darnos a conocer, y por eso empezamos a realizar reuniones con los equipos de atención primaria y el hospital comarcal. Otro reto era logístico: conocer bien los municipios y llegar a los domicilios, a menudo en zonas de montaña, en una época en la que todavía no disponíamos de navegadores.
¿Con qué equipo inicial empezó y qué perfiles profesionales había?
Empezamos con cinco profesionales: médico, enfermera, trabajadora social y administrativa. Era el modelo de los equipos PADES en otros territorios. Recuerdo que nos reunimos con el PADES de Manresa, que nos ayudó a desarrollar el proyecto.
¿Qué recuerdas con más emoción de esos primeros años?
Sobre todo las muestras de agradecimiento de los pacientes y familias. Debemos tener en cuenta que es un equipo que trabaja en el domicilio particular de una persona enferma y su familia. Entras en su casa en un momento muy delicado y te dan plena confianza. Esto hace que se establezca un vínculo muy especial. Es un aprendizaje que no se encuentra en los libros: son los pacientes y familias quienes te hacen crecer como profesional y como persona.
¿Había resistencias o desconocimiento respecto a los cuidados paliativos?
Al principio, algunos profesionales de la atención primaria desconocían el funcionamiento de los PADES y esto podía generar resistencias. Pero se disiparon rápidamente al ver los resultados y beneficios claros para los pacientes y sus cuidadores.
¿Qué papel jugaron los profesionales y las familias en la consolidación del servicio?
El trabajo en equipo y la mirada multidisciplinar nos permitieron realizar una intervención centrada en la persona, teniendo en cuenta necesidades, valores y preferencias. El acompañamiento y la escucha activa fueron fundamentales.
¿Cómo valoras el recorrido del PADES en estos 25 años?
Se ha consolidado como el equipo especializado de cuidados paliativos de referencia en el territorio, siendo un actor clave en el trabajo en red de la atención paliativa, coordinados con la atención primaria, el hospital comarcal, los servicios sociales comunitarios y otros dispositivos especializados.
¿En qué ha cambiado la forma de entender y aplicar los cuidados paliativos desde entonces hasta hoy?
Los avances en los tratamientos oncológicos han cambiado radicalmente el pronóstico del cáncer, lo que también ha transformado la intervención del PADES. Además, el incremento de enfermedades crónicas avanzadas, especialmente aquellas con moderada o alta complejidad, ha requerido formar a los profesionales para garantizar la calidad asistencial.
¿Cuáles son los principales retos asistenciales que afronta hoy el PADES?
El incremento de la esperanza de vida comporta un aumento de las enfermedades –oncológicas y no oncológicas– que en algún momento necesitarán atención paliativa. El reto es si, tal y como están dimensionados los equipos actuales, podremos darle respuesta. También nos preocupa la falta de profesionales, un problema que afecta a todo el sistema de salud.
¿Qué necesidades emergentes marcarán en los próximos años?
Los cambios familiares, económicos y laborales impactan en la capacidad de cuidar a los pacientes en el domicilio. Por eso tenemos la esperanza de que la Agencia Integral Social y Sanitaria genere nuevos recursos para garantizar la atención en casa.

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