El pasado 13 de marzo, el Dr. Manel Sánchez Pérez, responsable del Área de Gestión del Conocimiento de la Fundació Hospitalàries Martorell y presidente de la Societat Espanyola de Psicogeriatria (SEPG), intervino en el Senado en el marco de la presentación del Pacto por el Recuerdo de la Confederació Espanyola d’Alzheimer y Altres Demències (Ceafa). Durante su intervención a la Cambra Alta destacó la necesidad que los pacientes con Alzheimer y otras demencias tengan un acceso equitativo y a tiempo a los mejores tratamientos farmacológicos, no farmacológicos y de curas.
En su intervención, el Dr. Sánchez destacó en dos momentos críticos para las personas afectadas y sus famílias: el diagnóstico y la aparición de trastornos psicológicos o conductuales. Señaló que estas situaciones generan un gran estrés tanto para los pacientes como para sus cuidadores, y alertó sobre la falta de recursos para una respuesta sanitaria rápida y efectiva.
Además, puso énfasis en la necesidad de implementar tratamientos no farmacológicos con evidencia terapéutica demostrada, todavía escasamente presentes en los sistemas públicos de salud. También destacó en el papel fundamental de los cuidadores, a menudo mujeres que asumen una carga física y emocional que pueden derivar en problemas de salud propias. “Tener cuidado en casa —o hasta en una residencia u otras instituciones— de un paciente con Alzheimer y trastornos graves de la conducta, como agitación, conducta agresiva, depresión, riesgo de suicidio o conductas catastróficas, sólo por citar algunos, así como de otros trastornos aparentemente menos graves, pero muy frecuentes, como la apatía (una dolorosa indiferencia que genera un gran dolor emocional en los seres estimados), supone un esfuerzo titánico para quien asume el rol de cuidador principal. A menudo, esta tarea recae en una mujer cuidadora, que en muchos casos acaba convirtiéndose ella misma en paciente, víctima de un sobreesfuerzo permanente con consecuencias emocionales i físicas incontestables”, expuso.
El Pacto por el Recuerdo pretende sensibilizar la sociedad y los responsables políticos sobre la magnitud de la enfermedad del Alzheimer, haciendo una llamada a evitar “la anosognosia política”, es decir, la negación de la gravedad y el impacto de esta patología en la sociedad.