En los últimos 40 años, han aumentado los casos diagnosticados de Trastorno del Espectro Autista (TEA). Este fenómeno se debe, en parte, a una mejor capacidad para detectarlo y diagnosticarlo.
La agrupación de diferentes trastornos en un único espectro ha ayudado a mostrar la gran diversidad que existe dentro del autismo, ya que el TEA se manifiesta de manera muy diversa. Pero, debido a ello, también a veces se diagnostican casos de TEA con poca afectación en la vida diaria o se pierden de vista algunos perfiles específicos.
Las personas con TEA pueden presentar otros trastornos asociados, como trastornos del lenguaje, discapacidad cognitiva o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), entre otros. Esto puede dificultar el diagnóstico preciso del TEA, ya que los síntomas pueden superponerse o enmascararse entre sí.
Además, en el día a día, muchas personas con casos leves de TEA no reciben el apoyo que necesitan y los protocolos diagnósticos actuales pueden dificultar aún más su situación, si no se les proporcionan adaptaciones o intervenciones que mejoren su calidad de vida.
¿Dónde están los límites del diagnóstico TEA?
Para abordar estas y otras cuestiones, desde el área infantojuvenil de la Fundació Hospitalàries, el 9 de mayo de 2025, organizamos la II Jornada de Salud Mental Infantojuvenil de la Fundación Hospitalarias: “Perdidas en el Espectro: pensar la diversidad”, que se centró en la complejidad del diagnóstico del TEA y sus implicaciones sociales.
Nuestro objetivo fue reflexionar y debatir sobre qué significa formar parte del espectro autista y cómo podemos ampliar la mirada para entender mejor su diversidad. En el encuentro participaron más de un centenar de profesionales del sector sanitario y social.
“El concepto de espectro corre el riesgo de no definir con claridad dónde empieza y dónde termina la normalidad… El punto a partir del cual empezamos a considerar un problema como clínicamente relevante es algo difuso”, explicó Roger Ballescà, coordinador del Área de Salud Mental Infantojuvenil de la Fundación Hospitalarias en Martorell. Ballescà invitó a establecer ciertos criterios que ayuden a discernir cuándo lo que se observa entra dentro de la normalidad o cuándo estamos ante un trastorno del espectro autista.
Por su parte el Dr. Pedro Roy, coordinador asistencial territorial de la Fundación Hospitalarias en Cataluña y director médico de la Fundación Hospitalarias Barcelona Norte señaló “la necesidad de un cambio hacia una mirada preventiva e integrada, una herramienta imprescindible para avanzar”.
Y Josep Tristany, director del Plan Director de Salud Mental y Adicciones de Cataluña destacó que “todos los departamentos estamos trabajando de forma conjunta para poder dar respuesta a los casos de gran complejidad en el ámbito de la infancia, la adolescencia y la juventud”.
La conferencia inaugural fue impartida por el doctor Martín Correa-Urquiza, director del Posgrado en Salud Mental Colectiva (URV, FCCSM) y coordinador académico del Máster Oficial en Antropología Médica y Salud Global (URV), quien abordó la proliferación del TEA como un síntoma social. “Un diagnóstico no recoge la complejidad del sufrimiento, solo la sintomatología”, afirmó. “Necesitamos prestar atención a la dimensión existencial del sufrimiento”.
Mesas redondas y debate sobre el TEA
La jornada continuó con una mesa redonda sobre las implicaciones del aumento de diagnósticos en ámbitos como la atención clínica, la educación especial y el trabajo social. En ella, participaron Valentín Bote, psiquiatra infantojuvenil de la unidad TEA del Hospital Mútua de Terrassa; Natalia Espinosa, maestra de Educación Especial del CEEPSIR (Centro de Educación Especial Proveedor de Servicios y Recursos); y Mònica Sánchez, del Servicio de Trabajo Social del Hospital Maternoinfantil Sant Joan de Déu y del Servicio de Salud Mental UnimTEA.
Más tarde, una mesa de diálogo ha abierto el espacio a la reflexión y al debate sobre los criterios diagnósticos del TEA. Laura Gisbert, psiquiatra infantil y juvenil y coordinadora del Programa de Atención Integral al Espectro Autista del servicio de psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron, y Rafael Villanueva, psicólogo clínico y logopeda, terapeuta especializado en TEA, Atención Temprana, Grupos y Lenguaje, han expuesto diferentes puntos de vista sobre los límites entre la neurodivergencia y la patología clínicamente relevante.
Con esta jornada, la Fundación Hospitalarias reafirma su compromiso con la innovación en salud mental infantojuvenil, la formación continua de los profesionales y la promoción de una mirada diversa e integradora hacia las personas con TEA y sus familias.